Línea Fifí

Por Martín de J. Takagui

Después de 95 años de existencia, por primera vez el Partido Revolucionario Institucional no definirá su candidatura presidencial en 2024; será el PAN quien defina al abanderado de la Coalición “Va Por México” y tanto el PRI, cómo el PRD lo apoyarán incondicionalmente.

De esta manera se fortalece, cómo nunca el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Santiago Creel Miranda, quien ha expresado su interés y ya trabaja, por debajo del agua, para hacer los amarres políticos correspondientes.

Así, se feustran los sueños de viejos priistas como Beatriz Paredes Rangel o la sobrina del expresidente Carlos Salinas de Gortari, Claudia Ruiz Massieu Salinas, al igual que Ildefonso Guajardo, Ex secretario de Economía y Alejandro Murat, ex gobernador de Oaxaca, todos ellos enemistados con el actual presidente del PRI, Alejandro alias “Alito” Moreno Cárdenas.

Otro que se había pronunciado en busca de la candidatura tricolor para el 24 es José Ángel Gurría, ex secretario de Relaciones Exteriores y de Hacienda, que fue el único aspirante priísta que si asistió al lanzamiento de la Coalición Va Por México, realizado en un hotel de Paseo de la Reforma en la CDMX, pero también vio desvanecida la posibilidad de un prometedor futuro político.

Los acuerdos de la coalición, después de más de cuatro meses de desencuentros, finalmente se lograron, pero muy tarde, pues a estas alturas, cuando falta un año para la definición de la candidatura presidencial es muy prematuro pensar en un personaje que traiga sangre y cara nueva.

Como en las épocas de los ochentas y noventas, el relanzamiento de la Coalición Va Por México, integrado por los tres partidos que parecían irreconciliables, se juntaron con sus activos y personalidades políticos, en un mismo salón, con un mismo discurso y en busca de un mismo objetivo: derrotar a Morena en los comicios de 2023 para gobernadores del Estado de México y de Coahuila y en los de 2024, por la Presidencia de la República.

Más de 50 cámaras de Televisión, micrófonos de todas las radiodifusoras, transmisiones en vivo, los periodistas más avezados, los especializados en política, algunos analistas políticos y hasta los llamados pasquineros se dieron cita en ese gran salón al que asistieron políticos de ayer y de hoy. De todo hubo.

Asistieron los dirigentes nacionales, Alejandro Moreno Cárdenas, Marko Cortés Mendoza y Jesús Zambrano Grijalva, coordinadores parlamentarios del PAN y del PRD también estuvieron, los dirigentes estatales del Estado de México y de Coahuila, pero además personalidades como Santiago Creel y Margarita Zavala, esposa del expresidente Felipe Calderón, quien en breve, nos informaron, se reafiliará al PAN, pues aunque forma parte de la bancada de diputados del PAN, mantiene la promesa de volver a ser panista.

UN LASTRE PARA ALCANZAR ACUERDOS

“Ha sido un lastre la presencia de Alito al frente del PRI, es toda una aventura, pero al final y a pesar de Alito, se lograron los acuerdos, porque fue muy difícil este proceso de reacomodo, después de las traiciones que hubo de parte del dirigente del PRI”, dijo alguno de los miembros de las dirigencias nacionales de los otros partidos.

Y la verdad es que la presidencia de Moreno Cárdenas Enel PRI ha sido nefasta para muchos de los priistas tradicionales y para sus principales figuras políticas, como los presidenciables antes citados y para la militancia en general.

Sus resultados están a la vista: por primera vez en 95 años, después de la fundación del Partido de la Revolución Mexicana, que se ha transformado en Partido Nacional Revolucionario y Partido Revolucionario Institucional, por primera vez en la historia no definirá a sus candidatos a la Presidencia de la República ni a Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

Mario Delgado, presidente nacional de Morena y el propio presidente Andrés López Obrador sienten algo más que cosquillas, quizás hasta escalofríos al ver que, finalmente, se logró organizar la oposición y avanzarán como un mismo ente político, que ya se prepara para aprovechar las inconformidades y frustraciones que genera el gobierno de la autollamada Cuarta Transformación.