Al señalar que hay irregularidades “en una proporción muy superior a lo que se había previsto”, en el proceso interno de Morena, Marcelo Ebrard mencionó que el proceso se debe reponer, porque “ya no tiene remedio”.

“Hemos encontrado incidencias muy superior a lo que habíamos previsto, por eso se tardó tanto todo el proceso. Nosotros afirmamos que debe reponerse, es decir ya no tiene remedio”

Aseguró que no se han contado votos por lo que no saben quién ganará la encuesta y debido a las incidencias, tomaron la decisión de hablar y asegurar que no está bien el proceso y no estaban de acuerdo, por lo que exigió que se reponga el procedimiento.


“Ya podemos concluir a estas alturas: que si no se repone el procedimiento, si no se hace bien esto, entonces no estamos cumpliendo los objetivos que nos hemos planteado, así me favorezcan los resultados”, mencionó.

Por su parte, Martha Delgado, representante de Ebrard, expuso que a lo largo del proceso, se revelaron irregularidades ante Morena sobre el levantamiento de la encuesta, las cuales no fueron atendidas. También aseguraron que 14.4%, 31 urnas, habían sido canceladas por las irregularidades detectadas en una empresa encuestadora, lo que pondría en riesgo el porcentaje de la muestra.

“Por el número de incidencias que acaba de referir Martha y su impacto, lo que debiera hacerse es repetir el ejercicio”, aseguró, pues era mejor admitir la fallas a sacar el resultado por las incidencias.

Recordó cuando apoyó a AMLO en el 2011 al haber declinado y dijo que no era ambicioso, sino que protegería sus convicciones. Por todo lo anterior, añadió que no irán al evento de Morena, pues insinuó que podían mandarle a la policía debido a que Malú Micher dijo que no las dejaron entrar al recinto donde se hace el conteo.

“Vamos a levantar un acta y que cobarde Mario Delgado y Durazo y todos los que están dentro”, sentenció.

About Author
DiarioLocoMento
View All Articles
Check latest article from this author !
CONSCIENCIA FEMINISTA/ Tiendita feminista
FILANTROPÍA/ La perniciosa desigualdad
ABANICO/ El poder oculto de la autobiografía