Por Martín de J. Takagui
El ajetreo diario, la vida cotidiana de los mexicanos, las apuraciones por combinar el trabajo con los quehaceres y obligaciones de la casa, la incertidumbre del futuro del país y la situación económica generan entre los mexicanos situaciones de estrés que muchas veces nosotros mismos no podemos identificar, pero que al final de cuentas, literalmente nos quitan el sueño.
A veces pareciera que dormimos nuestras respectivas ocho horas y estamos ahí en la cama todo ese tiempo, pero no logramos descansar y a las seis, las siete o las ocho de la mañana que suena el despertador despertamos cansados, como si hubiésemos estado trabajando, corriendo o caminando durante todas las horas de sueño.
Se estima que en México, aproximadamente el 45 por ciento de la población padece un trastorno del sueño, hasta un 10 por ciento de ellos, la incidencia es de apnea del sueño o trastorno respiratorio del sueño, donde la antesala es el ronquido; donde la apnea es la situación cuando el paciente deja de respirar al menos 10 segundo.
Esos lapsos pueden ser mucho más prolongados, lo que limita la llegada de oxigeno al cerebro y otros órganos del cuerpo, lo que se considera una enfermedad grave, cuyas complicaciones pueden ser la fatiga y la somnolencia permanente durante todo el día.
La calidad del sueño para todo ser humano es determinante y en mucho, este simple aspecto de nuestra vida determina la calidad de vida y limita la esperanza de vida de las personas, ya que el primero de los síntomas de una persona que no duerme ni descansa es la irritabilidad.
El doctor Juan Manuel Cortés Mejía nos recordó que este 14 de marzo es el Día Mundial del Sueño y para la Academia Mexicana de Medicina Dental del Sueño, se trata de un momento muy importante porque la incidencia de las enfermedades del sueño es creciente y puede considerarse riesgosa.
Y es que son muchos los aspectos que afectan a las personas por no dormir bien; la productividad laboral y estudiantil se deteriora y la salud bucal también, ya que existen otras formas de mal dormir, como es el bruxismo, que lo sufren quienes rechinan los dientes, aprietan las mandíbulas; hay personas que tanto lo hacen, al grado que sus dientes llegan a fracturarse y a desgastarse irregularmente.
Los males provocados por el bruxismo no se quedan solamente en las mandíbulas, dientes y encías, en ocasiones son tan fuertes los apretones de mandíbulas que llegan a causar daño en los oídos que después derivan en diversas complicaciones mayores.
El problema de no dormir bien es que cuando las personas quieren concebir el sueño, antes de que pase tiempo suficiente para alcanzar el sueño profundo inician los ronquidos, o las pausas en la respiración, lo que impide la llegada y permanencia en la condición de sueño profundo.
Como lo dijimos arriba, las situaciones estresantes, de la vida cotidiana son una de las principales causas de no dormir adecuadamente, aunque también existen condiciones diversas, en las que las temperaturas extremas mantienen en alerta a las personas, como los ruidos del entorno en donde habitan.
Para los seres humanos es de la mayor importancia dormir las horas y en las condiciones óptimas, se recomienda que las personas en edad adulta duerman entre seis y ocho horas, en tanto que los menores, puedan dormir entre 10 y 12 horas, dependiendo de la edad, entre más jóvenes tendrán que ser más las horas de sueño.