El exjugador de futbol, Fabián O’Neill, que integró la selección de Uruguay que participó en el Mundial de 2002 y también jugó en Juventus de Turín, murió el domingo a los 49 años por una cirrosis crónica.

“¡Hasta siempre Mago!”, tuiteó el Club Nacional de Uruguay, donde O’Neill debutó en primera división, al informar sobre su fallecimiento.

O’Neill, que abandonó el futbol en 2003 a los 30 años y que tuvo durante su carrera profesional y posteriormente problemas de alcoholismo, se encontraba internado desde el sábado por una hemorragia en un hospital de Montevideo, donde falleció este domingo.

Hoy llora la camiseta 10.
Hoy se detiene la magia para recordar a Fabian O’Neill, uno de los jugadores que despertó más admiración con la camiseta de Nacional.

Se fue uno de los nuestros. Hasta siempre Mago.

“El jugador con más talento que he visto, O’Neill”, lo describió hace ya muchos años el francés Zinedine Zidane, que coincidió con el ‘mago’ en Juventus en la temporada 2000-2001.

O’Neill había debutado en primera división en el Nacional con 18 años en 1992, año en que se consagró campeón de Liga.

A fines de 1995 fue transferido al Cagliari, donde militó hasta el 2000 con singular éxito. Tanto fue así que la Juventus lo adquirió, pero tras jugar una temporada, la 2000-2001, fue cedido al Perugia en 2002 y al año siguiente volvió a Nacional donde se retiró del futbol en 2003.

Fue internacional con la Celeste en 19 oportunidades, en las que anotó dos goles, e integró el plantel que quedó eliminado en primera ronda en el Mundial de Corea del Sur y Japón-2002, donde no jugó ningún partido porque se encontraba lesionado.

“El futbol uruguayo está de luto. Se fue uno de los mejores jugadores que surgieron en las últimas décadas y que dentro de la cancha supo brillar con su talento, magia y buena pegada”, lo describió el domingo el diario El País.

Por su parte, El Observador consideró que “Fabián O’Neill es uno de esos grandes talentos desperdiciados como consecuencia de una vida extrafutbolística nada propia para un profesional (…) su carrera estuvo marcada por el alcohol y los excesos”.