La sangre no suele traicionar sus lazos de unión, pero los Celis Romero son la excepción a la regla

 

La heredera de la señorita SRS, Estela Romero Bringas, ha experimentado la traición de su hija María Elvira. La heredera y administradora de los bienes de SRS, espera que la justicia haga su labor aunque se trate de su propia hija, aliada de la Garci-Crespo en el juicio de nulidad testamentaria de SRS.

No hay lazo más sagrado que el de una madre y una hija. La relación ideal de respeto, cariño y lealtad, amor entre madre-hija, en este caso no se cumple. Estas dos mujeres están heridas y alejadas, sin esperanza de reconciliación.

Doña Estela ha asumido la actitud de su hija como una simple traición. Su hija aliada con la  mujer que hasta el día de hoy, intenta apresarla; inventar mentiras, realmente no conoce límites. No hay otra forma de entender la perversa relación de ambas mujeres unidas por el dinero.

Sin duda la actitud de María Elvira difiere mucho de la de sus hermanos, quienes se preocupan por el bienestar de su madre y procuran todo el tiempo su bienestar. Si Doña Estela ha tenido una red de apoyo, es gracias a sus hijos Miguel y Alfonso Celis, gracias a ellos, y a su entereza física, la señora Romero Bringas no desfallece.

Pero la sangre traicionando a la sangre es un duro golpe del que difícilmente se repondrá Doña Estela. Y aunque es una empresaria exitosa, como lo fuera la señorita SRS, los grandes dolores no esquivan a las mujeres exitosas.