Por Rufino H. León Tovar, Magistrado Presidente de la Primera Sala en el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje.

En todas las narrativas, el hilo conductor son los credos y pasiones. Así está hilvanada mi historia.

El primero de junio mi nombre aparecerá en la boleta para elegir a los cinco integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial, uno de los dos órganos que remplazarán al Consejo de la Judicatura Federal. En retrospectiva, mi vida parece muy lejana.

En el verano de 1986, crucé por primera vez las aulas de la Facultad de Derecho de la UNAM. Concretaba, así, uno de mis grandes anhelos.

Provengo de Conejos, un pequeño pueblo del Estado de Hidalgo. Ahí viví mis primeros años y conocí de cerca la pobreza. Ahora me enfrentaba por primera vez a la Ciudad de México, a sus mitos, temores y retos.

Fueron años en los que corría del trabajo para comer algo antes de clases, caminaba con mis amigos por las islas, escuchar las espléndidas cátedras.

En el séptimo semestre de la licenciatura obtuve el cargo de jefe de departamento y antes de concluir la carrera fui subdirector Jurídico del entonces Departamento del Distrito Federal.

Comencé a obtener diversos cargos en la administración pública. En 1998 asumí la dirección general del Instituto del Taxi. Después fui director general de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Seguridad Pública y este mismo cargo lo tuve en la Secretaría de Desarrollo Social.

Más tarde me desempeñé como director general de transportes eléctricos y en 2012 me nombraron secretario de Movilidad en la CDMX. Luego, en 2016, regresé a mi natal Hidalgo para ser secretario de Movilidad y Transporte por dos años.

En cada trabajo busqué mejorar la vida de las personas. Así logré el abatimiento de los taxis piratas, implementé el alcoholímetro, integré corredores cero emisiones y trolebús, realicé planes integrales de movilidad y regulé las empresas de redes de transporte (ERTs) como Uber, Didi, Cabify y otras.

También formulé iniciativas de leyes en materia administrativa, seguridad pública, transporte y movilidad…Mi norte siempre fue que la legalidad y el Derecho fuera una realidad.

Ahora tengo la oportunidad de defender a los trabajadores del gobierno federal y de la CDMX. Representar a los trabajadores más vulnerables, los de menores ingresos, los que realmente impulsan la Cuarta Trasformación de México, es una de las tareas más trascendentales que poseo y que me recuerdan momento a momento mi pasión y misión de vida.

Creo que México necesita un sistema de justicia que sea más accesible y comprensible para las personas. Por encima de formalismos y cargas procesales se debe privilegiar el Principio de Realidad, donde las normas jurídicas deben estar en consonancia con la realidad social, económica y política de una sociedad.

Ahora tengo 30 años de experiencia en la administración pública, soy Licenciado en Derecho por la UNAM y tengo una Maestría en Derecho Constitucional, pero más allá de una trayectoria en justicia laboral y prestigio, poseo visión y propuestas del sistema de justicia. Esa es mi pasión y credo. Es lo que sostiene mi historia y lo que definirá mi futuro.

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