El 22 de abril de 2023 fue designado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el Día Internacional de la Madre Tierra, invitando a todos a crear conciencia sobre cómo cada uno contribuye a construir un medioambiente saludable y sostenible, hacer frente al cambio climático y proteger los ecosistemas para las generaciones futuras. En esta conciencia se destacan las actividades cotidianas de la población civil, así como las estrategias empresariales y las políticas públicas para lograr una mejor recolección, separación y reciclaje de los materiales que utilizamos.
Asimismo, tan solo unas semanas atrás, en el Primer Día Internacional de Basura Cero –celebrado el 30 de marzo de 2023– Naciones Unidas dio a conocer la importancia de promover patrones de consumo y producción sostenibles y crear conciencia sobre cómo las iniciativas de basura cero contribuyen al avance de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Según cifras de la organización, la humanidad genera anualmente un estimado de 2,240 millones de toneladas de desechos sólidos municipales, de los cuales sólo 55% se gestiona en instalaciones controladas. Para 2050, esto podría aumentar a 3,880 millones de toneladas por año. La inadecuada gestión de estos residuos contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero en entornos urbanos y a la pérdida de biodiversidad. Cada año se desperdician alrededor de 931 millones de toneladas de alimentos, y se espera que hasta 37 millones de toneladas de desechos plásticos ingresen al océano anualmente para 2040.
Es por ello que las iniciativas de basura cero son parte fundamental de la economía circular, una en la que los residuos son parte de un círculo virtuoso de reciclaje, reutilización y generación de nuevas materias primas de alta calidad para la producción de los elementos que la vida moderna, la tecnología y los sistemas económicos exigen. Se trata de reducir la contaminación, mitigar la crisis climática, conservar la biodiversidad, mejorar la seguridad alimentaria y la salud humana.
Beneficios de la clasificación de residuos mixtos
Lograr el objetivo basura cero requiere acción en todos los niveles. Empezando por invertir masivamente en sistemas modernos de gestión de residuos y políticas que alienten a las personas a reutilizar y reciclar todo, desde botellas de plástico hasta productos electrónicos obsoletos.
El sector de los residuos puede hacer su parte al garantizar, por ejemplo, que los residuos sean acopiados para su reciclaje a través de esquemas de devolución vía depósito, acopio separado y clasificación de residuos mixtos. Según el documento de TOMRA, “The Ultimate Guide to Mixed Waste Sorting”, “la adopción de clasificación de residuos mixtos como práctica estándar antes de que los residuos finales vayan a la incineración y al vertedero podría evitar hasta 730 millones de toneladas de CO2e en todo el mundo para 2030”.
Gracias a la clasificación avanzada de residuos mixtos, el reciclaje mecánico nunca ha sido más convincente, pues permite en gran medida la recuperación de materiales reciclables de alto valor –materiales intensivos en carbono, como plásticos y metales–, se maximizan las tasas de reciclaje y se reducen significativamente las emisiones de efecto invernadero en los sectores de residuos y energía.
En conjunto con el reciclaje mecánico avanzado, la clasificación de residuos mixtos hace posible la recuperación de recursos valiosos y crear un reciclado que alcanza las propiedades del material virgen. De hecho, esta combinación también tiene el potencial de eliminar las brechas en cantidad y calidad que existen a lo largo de la cadena de valor.
“Hoy en día, solo 2% de los envases de plástico se recolecta para reciclar en un sistema de circuito cerrado. La única solución para una recuperación verde que aborde el problema de los residuos plásticos es un sistema de recursos holístico de circuito cerrado”, abunda el reporte de TOMRA. La compañía señaló que en un estudio de caso de residuos mixtos, con una composición plástica asumida de 34% HDPE y 66% PP, examinaron las emisiones ahorradas al recolectar una tonelada de HDPE y una de PP para determinar el beneficio de GEI de MWS antes de la incineración, obteniendo como resultado un Beneficio GEI de 1.895 t CO2e por cada tonelada de HDPE/PP en residuos municipales mixtos.
“La clasificación de residuos mixtos es una solución para reemplazar materiales vírgenes e incrementar la cantidad de contenido reciclado de alta calidad en el mercado; con ella podemos acopiar materiales que no son recuperados en otros flujos dedicados”, comparte Julio Barrientos, Recycling Sales Manager de TOMRA en México. “Es posible mantener el desarrollo económico sin la degradación ambiental, garantizando la transición hacia economías verdes que promueven el bienestar. Con la infraestructura adecuada y tecnologías de punta podemos recuperar materiales residuales mixtos para reciclar a través de una clasificación automatizada de residuos: No solo un alto rendimiento, también elevados niveles de pureza, ese es el objetivo de la verdadera economía circular”.
Asimismo, “The Ultimate Guide to Mixed Waste Sorting, informa que, para determinar el Beneficio GEI de la separación de plásticos de residuos mixtos, la consultora Eunomia condujo un estudio en el que examinó las emisiones ahorradas al clasificar y reciclar plásticos HDPE y PP para crear una tonelada de plásticos con una calidad estructural equivalente a los materiales vírgenes, y determinó un Beneficio GEI de 1.03 t CO2e por tonelada de contenido reciclado.
La misma consultora realizó un estudio para determinar el beneficio de los gases de efecto invernadero de clasificar materiales de residuos mixtos y encontró una diferencia neta de 0.349 t CO2e por cada tonelada de residuos municipales mixtos al examinar las emisiones ahorradas al clasificar y reciclar una tonelada de residuos mixtos antes de enviar el material restante a la incineración, en comparación con enviar esa tonelada de residuos mixtos directamente a la incineración.
México por el camino de la economía circular
En nuestro país, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ya considera una visión nacional hacia una gestión sustentable que ubica el estadio Cero Basura como fundamento de un modelo de economía circular. En su Diagnóstico Básico para la Gestión Integral de los Residuos, indica que se requiere “una gestión integral de los residuos que considere acciones como la mejora de servicios y generación de cadenas productivas para el aprovechamiento, pero, sobre todo, la valorización material y energética”.
Ejemplo de ello es que el pasado 14 de febrero, la Ciudad de México aprobó la Ley de Economía Circular que promueve un nuevo modelo de crecimiento económico por medio de la creación de negocios sostenibles en los que las industrias generen ciclos de producción que aprovechen al máximo los recursos que se extraen del planeta: Un sistema más equilibrado que promueva la conservación y disminuya la generación de residuos.
El documento indica que “estimulará el desarrollo económico a través de la valorización de los residuos como fuente de materias primas secundarias, de la erradicación de la destrucción de valor de los residuos y de la obsolescencia programada de los productos en las cadenas económicas”.
Existe una forma clara de impulsar el desarrollo tecnológico para el reciclaje, reutilización y rediseño de productos con base en un esquema de economía circular, como una estrategia que apunte a reducir tanto el uso de materiales vírgenes como la producción de residuos.
“Al considerar la clasificación de residuos mixtos antes de la incineración y los vertederos las regiones ganaron contenido reciclado para satisfacer las demandas del mercado”, finalizó Barrientos, “reducir las emisiones de GEI y trabajar de acuerdo con políticas públicas que entienden cada vez más los desafíos y las respuestas de una economía circular que reutiliza materiales. En este Día Internacional de la Madre Tierra, lo más importante es aprovechar las tecnologías y los conocimientos que ya tenemos para seguir dando pasos adelante”.