Tras el álgido y complicado proceso de debate en las Cámaras de Diputados y Senadores del Congreso Federal, finalmente el bloque de gobierno de la Cuarta Transformación logró que se aprobara la iniciativa de Reforma Constitucional sobre las Fuerzas Armadas cambiando en el proceso incluso la correlación de fuerzas al interior de la coalición opositora conformada por el PRI, PAN y PRD.

 

La operación del Coordinador de la bancada morenista en San Lázaro, Ignacio Mier Velasco, fue clave para que el PRI sumara sus votos en la Cámara Baja, y la iniciativa fuera aprobada por mayoría calificada, es decir, al menos dos tercios de los votos de todas las fuerzas políticas representadas en el Pleno de la Cámara de Diputados. El resultado de la habilidad de convencimiento y operación política demostrada por el morenista obtiene una relevancia estratégica, en el contexto de la carrera por la sucesión presidencial.

 

Por un lado, el presidente López Obrador, a través de los legisladores de Morena ha  logrado una victoria que parecía imposible. La aritmética hace necesario que, al menos una parte de los diputados priístas, voten en favor de las iniciativas de la Cuarta Transformación para lograr una reforma constitucional. Las imágenes de Alejandro Moreno, coordinador de bancada, y presidente del CEN del PRI, levantando sobre su cabeza una cartulina con la frase “no va a pasar” durante el debate y votación de la iniciativa de la Reforma Eléctrica, apenas en abril del año pasado, hacían ver esta posibilidad muy lejana.

 

No obstante, menos de medio año después, el PRI acompañó a la Coalición Juntos Hacemos Historia, para aprobar la permanencia de la Guardia Nacional en las calles hasta 2028, logrando prolongar la estrategia de pacificación encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero también evitando que 2024, en pleno proceso electoral, fuera el año en que la Guardia Nacional modificara sus condiciones de operación, regresando a sus cuarteles.

 

Este logro legislativo es, además, de una enorme trascendencia política, rumbo al 2024. Como vimos, la oposición liderada por Claudio X. González, y operada por el PAN de Marko Cortés a la par de Jesús Zambrano y el PRD, decidió crear una nueva agrupación, “Unidos”, disolviendo la antigua alianza “Va X México”, que incluía al CEN del PRI. Con una coalición opositora dividida y enfrentada, el bloque obradorista tendrá mejores posibilidades de obtener resultados óptimos en los procesos electorales del Estado de México y Coahuila, en 2023, y por supuesto la carrera presidencial del 2024.

 

Respecto a la reforma constitucional, hay que señalar que el proceso legislativo demanda que la iniciativa sea avalada por la mayoría simple (uno más de la mitad) de los Congresos locales en todo el país. Lejos de hacer un trámite burocrático, al estilo presidencialista del viejo PRI, el presidente López Obrador comisionó al Secretario de Gobernación Adán Augusto López y al ya mencionado Ignacio Mier, para proponer en persona y argumentar en favor del proceso de pacificación de México.

 

La tarea de Ignacio Mier y Adán Augusto devolverá la dignidad al olvidado poder Legislativo, pues, en la persona de Mier, está representado a la misma altura que el Ejecutivo. Pero además, demuestra que la vocación de la Cuarta Transformación es la del diálogo y la construcción de consensos con todas las fuerzas políticas, y la comprensión de todas las realidades locales. Ambos personajes saldrán fortalecidos del proceso legislativo, una vez que la propuesta de López Obrador se vea plasmada en la Constitución de nuestro país.