Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC).

La relocalización en México posibilita la inversión de  más de 36,000 millones de dólares  en 2024 y los primeros sectores en ser beneficiados serían automotriz, autopartes, calentadores de agua, aires acondicionados, dispositivos médicos, maquinaria, muebles y textiles.

Actualmente Nuevo León, Chihuahua, Baja California, Coahuila, Tamaulipas, Jalisco, Querétaro, Guanajuato, probablemente el Estado de México y la Ciudad de México, son de manera natural las entidades que más beneficios obtienen del nearshoring.

Sin embargo, el fenómeno también conlleva enfrentar riesgos entre los que sobresalen estos:

Articulación de las cadenas de valor. Es definir una política industrial que permita integrar a las cadenas de valor de los estados del centro y del sur con los del norte del país. Incluso, se deben establecer convergencias entre grandes empresas, incluso trasnacionales, con pymes en el país.

Redefinir la estrategia energética en el país  y enfatizar las fuentes limpias es otro de los retos que México debe resolver para garantizar el nearshoring. A la par, para potencializar la inversión extranjera directa no debe soslayarse la seguridad. La coordinación entre distintos niveles de gobierno, (municipal, estatal y federal) deben relacionarse también con las empresas privadas.

La escasez del agua se acentúa en diferentes entidades del país. Deberá generarse la infraestructura necesaria para fortalecer el valor de México en el extranjero y volverlo altamente atractivo.

Atenuar problemas graves de contaminación y movilidad, son otras acciones cruciales que deberán contemplarse si se desean maximizar las potencialidades del nearshoring.

A corto plazo, asimismo, se requerirá  mayor inversión tecnología digital para hacer más eficiente en las operaciones en zonas fronterizas. De manera simultánea,  las pymes requerirán financiamientos para escalar sus operaciones, además de acompañamiento técnico, transferencia de tecnología, homologación de proceso, accesos y certificaciones.

En suma, para que una empresa decida establecerse en el país, es necesario evaluar los incentivos que los gobiernos de cada estado ofrezcan a organizaciones interesadas en ubicarse en su territorio. Además, la decisión puede verse influenciada por la localización de clústeres de una industria específica, por operaciones de comercio internacional, costos logísticos, infraestructura en servicios, entre otras razones de negocio.

En ocasiones, los gobiernos estatales ofrecen incentivos basados en el monto de la inversión. Esto quiere decir que, aunque existen beneficios generales predeterminados, el incentivo puede variar dependiendo de la inversión y la ciudad seleccionada; algunos de ellos pueden ser capacitación, impuesto predial, descuento en impuestos locales por cierta cantidad de años, entre otros.

En síntesis, la oferta de incentivos a la inversión extranjera directa (IED) juega un papel importante para determinar qué tan conveniente es ubicarse en México y en determinado estado, por lo que esta oferta debe mantenerse competitiva, no solo a nivel país, sino en comparación con otros países de América Latina.