Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC)
El trabajo del CEO consiste en desarrollar una estrategia y desplegar los recursos necesarios para cumplirla. Lo sorprendente es que cada vez más estudiantes indagan; ¿qué hace realmente el CEO y qué se necesita para ser uno destacado?
Tanta es la insistencia que en las universidades comenzamos a indagar en varias fuentes, incluso de manera directa y en consultorías internacionales de negocios como McKinsey. Las conclusiones son éstas:
El CEO tiene la tarea de formar las estrategias de una empresa y luego reunir los recursos para cumplirlas. Y mientras que otros funcionarios y empleados de alto nivel ayudan a ejecutar la estrategia, el CEO es la persona responsable en última instancia de su éxito o fracaso. Lo que controla el CEO generalmente representa el 45 por ciento del rendimiento total de una empresa.
A los CEO siempre se les pedirá que establezcan la dirección, alineen la organización y movilicen a los líderes dentro de una empresa. Van a tener que lidiar con los consejos de administración y gestionar a las partes interesadas. Y tienen que gestionarse a sí mismos de una manera que logre y mantenga una excelencia constante.
Ahora, los aspirantes a CEO deben cultivar la humildad para reconocer sus sesgos inherentes y contrarrestarlos. Pueden hacerlo evaluando objetivamente sus capacidades en comparación con lo que se necesita, llenar sus brechas de habilidades y negarse a jugar a la política.
Con base en el análisis de McKinsey sobre una base de datos patentada, que contiene 25 años de datos sobre casi 8,000 CEO de 70 países y 24 industrias, se descubrió que los CEO más efectivos se adhieren a éstas prácticas:
Visión: replantear lo que significa ganar.
Estrategia: hacer movimientos audaces temprano.
Reasignación de recursos: mantenerse activo.
Talento: hacer coincidir el talento con el valor.
Cultura: ir más allá del compromiso de los empleados.
Diseño organizativo: combina velocidad con estabilidad.
Trabajo en equipo: mostrar determinación.
Toma de decisiones: defenderse de los sesgos cognitivos y organizacionales.
Procesos de gestión: garantizar la coherencia.
Efectividad en juntas de trabajo: promover una agenda con visión de futuro.
Relaciones: pensar más allá de la reunión
Capacidades: buscar el equilibrio y el desarrollo
Propósito social: mirar el panorama general
Interacciones: priorizar y dar forma.
Momentos de la verdad: construir resiliencia antes de una crisis.
Oficina: gestiona el tiempo y la energía
Modelo de liderazgo: elige la autenticidad.
Perspectiva: protegerse de la arrogancia.